Noam Chomsky en un artículo reciente, encuentra una conexión entre los levantamientos populares en Egipto, Tunes y Líbano con las movilizaciones en Madison, Wisconsin y otras ciudades de los Estados Unidos.
En ambos conflictos se lucha por la democracia, en el este contra regímenes dictatoriales y en Madison en defensa de derechos que fueron ganados con luchas duraderas y que ahora están bajo la amenaza que caracteriza el momento actual de la democracia en los EEUU. Ambas luchas populares se encuentran enfrentando a estados manejados por elites e intereses económicos. Chomsky hace hincapié en la capacidad de las elites para restringir y sofocar la democracia a pesar de las instituciones y reglas del juego: “En el mundo real, la aversión a la democracia por el elite es la norma. La evidencia es abrumadora, que la democracia se apoya en la medida que contribuye a objetivos sociales y económicas.” Es evidente que la democracia en los Estados Unidos ha experimentado unos cambios extraordinarios, una población que votó por el primer presidente Afro-Americano en la historia de un país fundando y construido sobre el legajo de la esclavitud. No obstante, la tesis de Chomsky resuena si se piensa en la igualdad como un criterio para la transición hacia la democracia. Hoy en los Estados Unidos, 400 individuos poseen más riqueza que todo el resto de la población combinados.[1] El gobierno advierte que el país está al borde de la bancarrota, sin embargo las corporaciones tienen más de 16 trillones de dólares en reservas de efectivo y publican ganancias record. La otra cara de los EEUU, uno de los países más ricos del mundo, muestra que más de 25 por ciento de la población no tiene acceso a la salud, dado la privatización de servicios. En el 2011, la educación, la salud, el sistema de bienestar social y las protecciones para los trabajadores se ven atacados, un proceso que se viene desarrollando desde la década de los ochenta.
Una elite o grupo corporativista está condicionando las “reglas del juego” para la democracia actual de los EEUU. Esto es evidente con los cambios en las políticas de los gobiernos estatales y federales aprobados desde la asunción a la presidencia de Barak Obama. Los miles que movilizaron en Wisconsin protestaron en contra de recortes a la educación, salud y ataques contra la libertad para sindicalización. Enfrentado una campaña para destruir los sindicatos del sector público en Wisconsin por el Gobernador Scott Walker, manifestaciones ocuparon el edificio del Capital del Estado de Wisconsin. Los cuídanos de Egipto, que dijeron basta a una dictadura, mandaron pizzas a las manifestantes de Wisconsin que congelaban en las calles resistiendo el avance para limitar los derechos públicos.
Los poderes del “establishment” tienen el control de los medios, pueden amenazar con una ‘aniquilación al sistema económico’ si sus instituciones financieras se colapsan, y parece que dado eso nadie puede hacer nada al respecto. En gran parte, ese mecanismo de alianza entre los poderes del establishment y los poderes del estado funciona por la financiación de campanas electorales. Se estima que las campanas electorales del 2012 va a costar más de 2 mil millones dólares, la mayoría del cual vendrá de las corporaciones.
Las corporaciones, han utilizando el argumento de la crisis económica como una palanca para desplazar los derechos de los sectores populares ganados en el siglo 20. Y hacen eso mientras pueden reducir radicalmente sus impuestos. Solo unos años después que los padres fundadores escribieron la Constitution of the United States, fue evidente el peligro de los monopolios comerciales que empezaron aparecer mientras la Revolucion Industrial tomó voracidad en la nación post-colonial. En un libro titulado Unequal Protection el autor Thom Hartmann cuenta como Thomas Jefferson se arrepintió de no haber incluido una enmienda a la Constitución para prevenir que algunas empresas puedan crecer a un tamaño que les permita dominar ramas de industrias o influir al gobierno soberano. Las cosas serian muy distintas si “la libertad de monopolios en comercio” hubiera sido incorporada a los Bill of Rights el 15 de Diciembre de 1791. Se podría estimar que los monopolios de comercio han sido los obstructores a la democracia por más de dos siglos. Tal vez en Líbano no hubiera habido un tirano, ni tampoco las bombas enviados por las Naciones Unidas y una clase media con seguridad laboral y un sueldo digno no sería el sueño perdido que es hoy en Estados Unidos.
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